jueves, 14 de febrero de 2013

CUENTOS DE CAPERUCITA ROJA

FINALES DEL CUENTO DE CAPERUCITA ROJA
 
CUENTO DE CAPERUCITA ROJA
Esa mañana el lobo se despertó con dolor de cabeza. Una vocecita chillona cantaba por el bosque y el lobo dolorido buscaba la voz y encontró a una niña.
El lobo le preguntó a la niña qué tenía en la cesta que llevaba y la niña le contestó que llevaba una merienda para su abuela.
Entonces el lobo le dijo que si podía darle algo de la merienda y la niña le dio un trozo de la tarta de manzana que llevaba.
El lobo junto con Caperucita se fueron a la casa de su abuela y el lobo merendó junto a la abuelita y Caperucita.
Autor: Raúl

CAPERUCITA Y EL LOBO BUENO
Esa mañana el lobo despertó con dolor de cabeza.
Una vocecilla chillona cantaba: “La,la,la,la,la.....”,y el lobo con tanto dolor de cabeza le pidió a Caperucita Roja a ver si, por favor, podía cantar un poco más bajito.
Ella le contestó con mucha rabia:
-¡No, Señor Lobo, no quiero, me apetece cantar y voy a cantar!
Caperucita cantó mucho más fuerte y más fuerte.
Entonces, el lobo se puso muy triste,casi a llorar; así que, al final a Caperucita le dio mucha mucha pena y se calló y no cantó más.
Y..., desde entonces el lobo y Caperucita Roja fueron grandes amigos. 

 Autora: Linda

El cuento de Caperucita Roja y el lobo
Esa mañana el lobo decidió  hacer una broma a Caperucita Roja; así que le preguntó a Caperucita:
-¿Dónde vas Caperucita?
Y Caperucita le contestó:
-Voy a casa de mi abuelita.
Entonces, el lobo se fue por un atajo, vio la casa de la abuelita, entró y disfrazado de abuelita se metió en la cama.
Al poco tiempo, llegó Caperucita Roja y le preguntó:
-¿Abuelita, por qué tienes los ojos tan grandes?
Y el lobo contestó:
-¡Para verte mejor, Caperucita!
Caperucita volvió a preguntar:
- ¿Auelita, por qué tienes esa nariz tan grande?
Y el lobo contestó:
-¡Para olerte mejor, nietecita!
Caperucita  siguió preguntando:
-Pero, ¿abuelita y..., por qué tienes los dientes tan grandes?
Y, entonces el lobo dijo con voz muy grave:
-¡Para comerte mejoooor!
Caperucita se asustó mucho y echo a correr, gritando.
Pasó por allí un cazador, que al oír a Caperucita, entró en la casa y cazó al lobo.
Al preguntarle el cazador por qué hacía esas cosas, el lobo contestó que sólo era una broma; así que, el cazador le llevó a un zoo, para que no asustara más a nadie.
Desde aquel día, el lobo comprendió que no debía hacer ese tipo de bromas.
Y, colorín colorado, este cuento se ha acabado.
Autor: Geno Anthony
 
Caperucita y el lobo
Esa mañana el lobo se despertó con dolor de cabeza. Una vocecita chillona cantaba y le empezó a doler más. Salió de su madriguera y vio a una niña cogiendo flores. Se acercó a ella y la niña salió corriendo. El lobo no entendía por qué la gente tenía miedo, él no hacía nada malo. ¡Se había hecho vegetariano!. Siguió a la niña y le dijo que él no era malo, que era como un perro que vive en el bosque. A la niña le gustó cómo era el lobo y fue con él a visitar a su abuela.
Los tres merendaron juntos y el lobo fue la mascota de Caperucita para siempre.

Autora: Isabel
 
Final del cuento de Caperucita Roja a favor del lobo.
Después de irse del pueblo, ella se fue hacia el bosque. El lobo el pobre no tenía comida y se tropezó con Caperucita y le preguntó:
- Me das una cucharada de miel, por favor
- No, lobo, porque es para mi abuela el tarro de miel y lo demás para mí –dijo CaperucitaCaperucita no le dio al pobre lobo una cucharadita de miel. El lobo la quería para aliviar su dolor de garganta.
Así que, al final, el lobo no tuvo otra elección que la de vengarse de Caperucita.
Autora: Cecilia
 
CAPERUCITA Roja
Una mañana el lobo se despertó con dolor de cabeza. De repente de oyó una vez chillona diciendo cómo odiaba ir a casa de su abuela.
El lobo le dijo:
-Puedes parar de chillar
Y  Caperucita dijo gritando:
-¡No! y no molestes, lobo tonto.
El lobo dijo:
-  Es que me duele la cabe…
Y antes de acabar la frase Caperucita dijo:
- ¡Me da igual !
Caperucita  empujó al lobo y éste dijo:
- Caperucita Roja, fuera de mi camino.
El lobo se fijó que Caperucita llevaba una cesta y le preguntó qué llevaba.
Ella respondió:
- Chocolate y helado.
 El lobo le advirtió que si era para su abuela no le sentaría bien.
Ella respondió:
- No, es para mí, todo es para mí, para mi abuela no llevo nada.
Cuando llegó a casa estaba su abuela y su madre y ellas le explicaron lo que significaba ser egoísta.
Autora: Keila
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario